25 de abril de 2017

PEREGRINACIÓN A LOURDES

 Una vez más las parroquias de Corcos y Cigales se unen para peregrinar, esta vez a Lourdes pasando por Loyola.
 
Fueron días preciosos, en los que además nos acompañó el buen tiempo.
 
Cada uno de los peregrinos se viene con su propia experiencia personal. Está claro que estos sitios son como el Monte Tabor, donde también los discípulos quisieron quedarse para siempre y el Señor fue el que les recordó que su sitio está en la tierra, como dice el papa Francisco en las periferias existenciales.
 
En Lourdes encontramos enfermos, voluntarios, hospitalarios, personas de todos los países, razas y culturas,... ¡qué fácil es la fe así!, si embargo la realidad está en nuestras propias comunidades cristianas, amando y sirviendo -como nos enseña San Ignacio de Loyola- desde ellas al Señor. La realidad está en nuestro entorno, y así surgen muchas dificultades, especialmente ser constante para celebrar la Eucaristía cada Domingo.
 
Estos días de peregrinación fueron intensos en cuanto a la experiencia de fe, pero también fueron una oportunidad para convivir y hacer piña, hacer comunidad. Los cristianos estamos llamados a vivir la fe en relación a los demás, con la comunidad parroquial. Me alegro mucho haber participado con mis fieles en esta peregrinación y, también, haber compartido con otros que se nos fueron juntando. En Lourdes no echamos de menos ninguna comodidad, el Señor que hemos contemplado, también sufre junto al enfermo.

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